Por el P. Flaviano Amatulli Valente, fmap
- Feliz el hombre que lee y viaja mucho.
Es como un águila que vuela en las alturas ¡Ay del hombre que no acostumbra ni leer ni viajar! - Feliz del hombre que aprendió a pensar.
Es como un atleta entrenado para el triunfo ¡Ay del hombre que no sabe pensar! Se parece a un viajero, caminando en una noche oscura. - Feliz el hombre que sabe expresar su opinión.
Es como una fragante rosa primaveral que alegra, estimula y enriquece. ¡Ay del hombre que no sabe pensar! Se parece a un palo abandonado en el medio del camino, que sólo sirve para estorbar. - Feliz el hombre que nunca rehúsa tomar compromisos.
Es como una alpinista, que de cumbre en cumbre llega a escalar hasta las más altas montañas. ¡Ay del hombre que le tiene miedo a los compromisos! Se parece un eterno espectador, que nunca sueña con subir al ring. - Feliz el hombre responsable.
Es como un árbol frondoso, al que todos se acercan en busca de sombra en un día caluroso. ¡Ay del hombre irresponsable! Se parece a un carro chocado, del cual solamente se aprovecha una que otra pieza en caso de necesidad. - Feliz el hombre constante.
Es como una gota de agua, que con el tiempo llega a perforar hasta la roca más dura. ¡Ay del hombre inconstante! Se parece a un eterno aprendiz, que continuamente cambia de oficio y nunca llega a ser maestro. - Felices ustedes cuando se dejen guiar por las ideas y tengan una meta bien fija en la vida.
Serán como roca firme, que ningún aguacero o temblor podrá mover. ¡Ay de ustedes! Si no tienen ningún ideal en la vida y se dejan guiar por el sentimiento. Se parece a la paja del campo, que el viento lleva de un lugar a otro sin rumbo alguno y que todos pisan sin darse cuenta.
Referencia
El P. Flaviano A. V.,fmap, Iglesia y Sectas, Informacion católica sobre la nueva religiosida, Enero-Febrero-Marzo 2010. Mexico. No.70. tomado de la pag. 11.